La importancia de las puertas automáticas en los ajetreados caterings

Si hay un servicio de comidas que es rápido es el de los caterings. Estamos acostumbrados a verlos en celebraciones de todo tipo, ya sea un encuentro de trabajo, una boda u otro tipo de evento.

Esta tarea de servir comida y bebida suele acarrear velocidad en cocineros y camareros, que transitan de la cocina a la sala o espacio abierto donde se reúnen los comensales. La eficacia y la coordinación son esenciales y las puertas automáticas en este trayecto son de gran ayuda.

En primer lugar evitan que haya cambios bruscos de temperatura en la cocina; por otro lado ayudamos a los camareros a cruzar la puerta sin necesidad de usar sus manos, que probablemente estén ocupadas con platos, bandejas y vasos; y en tercer lugar evitamos que las manillas de las puertas sean foco de contagio de pandemias como el coronavirus ya que las puertas se abren y cierran de forma automática gracias al sensor de movimiento y no es necesario que nadie las toque.

En tiempo de coronavirus es necesario cumplir las medidas sanitarias decretadas por las autoridades y en la mayoría de casos, los catering se sirven en jardines, patios y espacios abiertos. Si la temperatura es baja será vital que las puertas de la cocina no queden abiertas, las puertas automáticas garantizarán el cierre de ese espacio sin necesidad de estar pendientes de ello. Los accesos inteligentes nos ayudan a olvidarnos de esta cuestión.

Puertas automáticas en cócteles y banquetes

Hoteles, fincas o lugares donde se sirven este tipo de banquetes o cócteles de bebida y comida es bueno que cuenten con puertas automáticas. Las empresas de catering son itinerantes en muchos casos y agradecerán este tipo de productos automatizados durante su jornada laboral.

Cada vez más negocios dedicados al sector Horeca implementan las puertas automáticas en sus instalaciones. Las puertas automáticas correderas o las batientes son la perfecta solución para hoteles, restaurantes, cafeterías y para la industria del catering.