Madrid, España
Instalación de puertas automáticas en la cocina del restaurante La Maruca Castellana de Madrid
Instalación de puertas automáticas en la cocina del restaurante La Maruca Castellana de Madrid
Ubicado en el emblemático Paseo de la Castellana de Madrid, el restaurante La Maruca se suma a otros dos establecimientos del Grupo Cañadío, originario de Santander, abiertos en la capital: La Maruca Velázquez y La Maruca López de Hoyos. El restaurante ofrece una carta con productos del norte, que combina la calidad con un enfoque actual. En este contexto, Manusa ha llevado a cabo la instalación de dos puertas automáticas en su cocina que garantizan la comodidad del personal y el confort de los comensales, sin perder el espíritu de la marca cántabra.
La instalación de accesos en cocinas de restaurantes presenta desafíos específicos. Uno de ellos consiste en mantener la eficiencia operativa del negocio sin comprometer la comodidad de los empleados y la higiene del local, ya que las puertas manuales suponen una barrera para el flujo ágil del personal cargado con platos y bandejas. Asimismo, una puerta tradicional puede exponer a los clientes a los olores, ruidos y la intensa actividad propia de una cocina. Además, en el caso de un local con un diseño cuidado como La Maruca Castellana, la solución debe integrarse perfectamente en su interiorismo limpio y de tonos cálidos.
Puertas automáticas correderas paneladas en madera
Para dar respuesta a estas necesidades, se han instalado dos puertas automáticas correderas de una hoja cada una, que dan acceso directo a la cocina. Ambas cuentan con un trabajo de personalización a medida que las integra en la estética del restaurante, el cual cuenta con suelo y superficies de madera. Manusa tiene la capacidad de personalizar sus puertas con cualquier material y, en este caso las hojas han sido paneladas totalmente con madera, lo que mantiene la coherencia visual del restaurante a la vez que refuerza la discreción del acceso.
La velocidad de apertura de las puertas facilita el flujo ágil de los camareros, que pueden cruzarlas sin necesidad de contacto físico, tanto si van cargados como si no. Para evitar posibles colisiones, sobre todo en los momentos de más actividad, en cada puerta se ha instalado una mirilla rectangular que permite ver al otro lado. Este elemento, además, da a los clientes una pequeña ventana al interior de la cocina, aportando un toque de transparencia y dinamismo a la visita. Por otro lado, en un restaurante es fácil que el servicio lleve en sus manos restos de aceite o salsas, por lo que instalar puertas automáticas evita que estas se manchen, mejorando la higiene del local.
De este modo, la solución aportada por Manusa constituye una separación eficaz entre la cocina y el comedor. El sistema solo se abre cuando es necesario, por lo que se minimiza el paso de olores y ruidos. Esta capacidad de aislamiento también favorece una climatización efectiva del comedor, ya que reduce los cambios de temperatura con la cocina, y ello permite una mejor eficiencia energética del local. Todos estos aspectos mejoran el confort de los clientes para que puedan disfrutar de la experiencia gastronómica de La Maruca Castellana.